Wranitzky. Lista de reproducción

Singspiel “Oberon, Rey de los Elfos”

Es una de sus piezas más antiguas y su obra vocal más conocida, que contó con una gran acogida en Viena tras su estreno en noviembre de 1789 en el Theatre auf der Wiedeny. Este Oberon fue muy popular hasta 1826, cuando Weber compuso su obra del mismo título.

Se trata del primer Singspiel que compuso Wranitzky. Se inserta en un tipo de óperas de tema mágico que contaban con gran éxito en la época, al igual que sucedía con las comedias de magia. Basada en el libreto de Christoph Martin Wieland, cuenta la historia de Oberon, rey de los elfos, quien ante la infidelidad de su esposa Titania decide emplear la magia para vengarse de ella, provocando el caos en su reino. Por otro lado, el príncipe Huon, único personaje humano, tendrá la misión de liberar a Reiza, que se encuentra secuestrada por el sultán Alboin. Para lograrlo, solicita ayuda a Oberon, quien a su vez pide a cambio que resuelva sus problemas personales. Finalmente, los protagonistas logran superar las adversidades, triunfa el amor y se restablece el orden.

La representación de Oberon en el teatro permitió que el actor y cantante Emanuel Schinkander asimilase este género operístico, inspirándose para la creación de su libreto de La flauta mágica, destinado a Mozart. La fama que tuvo esta obra llevó a Goethe a contactar con Wranitzky para la composición de la música para una segunda parte de La flauta mágica que nunca llegó a germinar.

Sinfonía en do mayor, op. 19, «Coronación»

Gracias a que ocupaba el puesto de director de orquesta en los teatros de Viena, Wranitzky era requerido con frecuencia para componer música destinada a los eventos destacados de la corte. Es el caso de esta sinfonía, compuesta en 1790 para la coronación de Francisco II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Dividida en cuatro movimientos, presenta un carácter festivo y majestuoso desde la introducción, donde las trompas, trompetas y percusión contribuyen a crear una atmósfera ceremonial. Los violines introducen la melodía principal, que se repite y desarrolla a lo largo del primer movimiento, apoyada por el resto de los instrumentos, que posteriormente parecen conversar a través del intercambio de ideas musicales. Los movimientos centrales son contrastantes: el lento es una serenata, oscura, intensa y expresiva, mientras que el el minuetto, más animado, se basa en melodías populares. El movimiento final muy enérgico establece una simetría con la grandiosidad del primero.

Esta obra coincide con el apogeo de la carrera de Wranitzky, pues le ayudó a aumentar su prestigio y consolidar vínculos más cercanos con la aristocracia de los Habsburgo. Además, componer para esta circunstancia llamó la atención de Johann André, quien más tarde se convertiría en su editor.

Sinfonía en re mayor, op. 25, “La Caza”

Las obras musicales con temática cinegética fueron muy populares en los siglos XVII y XVIII. Wranitzky compuso tres sinfonías basadas en este motivo, aunque solo esta, publicada en 1793 por Johann André, llegó a ser editada (las otras dos permanecen inéditas).

Es importante el uso que hace de una gran orquestación, en la que incluye cuerdas, flauta solista, oboes, fagotes, trompas y timbales. Se puede destacar la interpretación privada que se realizó para el rey Fernando III de Toscana, exiliado en Viena por las guerras napoleónicas, donde Wranitzky añadió partes para trompeta y un tambor.

El primer movimiento, de carácter festivo, está estructurado en base a la forma sonata y destaca por el uso de melodías ascendentes y descendentes. El minuetto-trio, que presenta similitudes con el movimiento inicial, da paso al movimiento lento, una serenata en forma ternaria. Esta comienza con los instrumentos de cuerda realizando un tema simple y melodioso, al que responden los de viento, seguido de una sección central contrastante por su carácter más rígido y finalizando con una repetición del material inicial. El movimiento final refleja la emoción de la caza, anunciada por los cornos antes de la entrada de todo el conjunto, sumada a los motivos interpretados por los instrumentos de viento, que buscan imitar el sonido de los pájaros.

Cuarteto de cuerda op. 23 n.º 4 en mi bemol mayor, “El prusiano”

Como violinista, los cuartetos de cuerda tienen un papel central en la obra de Wranitzky. De hecho, llegó a publicar unos 56 cuartetos que se difundieron por toda Europa.

Los Cuartetos de cuerda op. 23 fueron publicados en 1793 en dos volúmenes, cada uno con tres composiciones. Fueron escritos y dedicados a Federico Guillermo II de Prusia, el mismo monarca para el que también compusieron Mozart, Beethoven y Boccherini, entre otros. El rey prusiano era violonchelista, por lo que Wranitzky otorgará a este instrumento una especial.

El Cuarteto n.º 4 está compuesto en la popular forma parisina de cuarteto concertante. En tres movimientos, presenta un estilo ligero, con melodías pegadizas. El violín primero tiene un mayor protagonismo, mientras el violonchelo y la viola actúan como acompañamiento y el violín segundo fluctúa entre un diálogo ocasional con el primero o como complemento junto con los otros dos instrumentos.

Ballet “La doncella del bosque”

Los ballets de Wranitzky gozaron de una gran fama. Este en concreto cautivó al público de Viena por su armoniosa partitura y por la historia que contaba: una niña salvaje es encontrada en el bosque por un príncipe de origen polaco que estaba de caza.

Su fama fue tan duradera que fue interpretado numerosas veces por toda Europa e inspirar a compositores como Weber y Beethoven. Destaca su último movimiento, compuesto especialmente para la emperatriz María Teresa, quien contaba con una gran colección de su música y le ayudó a crecer como compositor.

Lista de reproducción:

https://open.spotify.com/playlist/6ngwZSs36GpXmdLKmZHz3x?si=E87xRi0jS9a0E77AlNjfSQ

https://youtu.be/CCqQZvNUw3Q?feature=shared