Martínez. Lista de reproducción

Sonata en la mayor

Aunque Martínez fue autora de 31 sonatas, en la actualidad solo se conservan tres: la Sonata en sol mayor, la Sonata en mi mayor y esta Sonata en la mayor (solo las dos últimas se publicaron en vida de su autora). La obra fue compuesta en Viena (lugar de residencia de la compositora) antes de 1765, según consta en el cuarto volumen publicado por Johann Ulrich Haffner, es un testimonio valioso de la obra de una de las pocas compositoras destacadas de su época. Consta de tres movimientos: “Allegro”, “Adagio” y “Minuetto”. En contraste con la relativa sencillez de su forma, la sonata incluye encantadores detalles como el uso de algunos de los esquemas galantes más característicos de la época, como el “Prinner” en el primer movimiento o el “Sol-Fa-Mi” del segundo. Dos décadas después de su publicación, Mozart emplearía un esquema “Prinner” idéntico en su Sonata en do mayor K 545.

Miserere

Esta composición para cuatro solistas y bajo contínuo es una adaptación musical del Salmo 50, que se interpretaba en Cuaresma o durante la Semana Santa. El texto de esta composición se basa en la traducción versificada de los salmos al italiano que había realizado el poeta Saverio Mattei, muy cercano a Metastasio. En un principio, Mattei había deseado que Hasse pusiera música a este salmo, pero el compositor (que por entonces contaba setenta años) rechazó la propuesta. Sería el propio Metastasio quien le propusiera a Martínes como alternativa, afirmando, en 1769, que esta se comprometía a “aprovechar las ventajas del estilo moderno, evitando su licenciosidad, junto con la sólida armonía eclesiástica del estilo antiguo, purgado de su goticismo”. En una carta fechada el 25 de abril de 1770, Metastasio acusaba recibo de una epístola de Mattei en la que este mostraba una reacción muy favorable a la obra de Martínes, estrenada en Nápoles poco antes. El éxito de esta composición le llevaría a poner música a un nuevo texto traducido por Mattei: el del Salmo 41, “Quemadmodum desiderat cervus”.

Sinfonía en do mayor

Publicada en 1770 con el título de “Overture”, la Sinfonía en do mayor es una obra en tres movimientos (“Allegro con spirito”, “Andante ma non troppo” y “Allegro spiritoso”) cuya estructura remite a la tradición de las oberturas operísticas italianas. Con un estilo típicamente galante, incluye algunas pinceladas del estilo sentimental de la época. Destaca por su sólido desarrollo formal y por los temas evocadores del primer movimiento. La importancia de esta obra reside en que es, actualmente, la única sinfonía que se conserva de esta compositora clásica.

Dixit Dominus

En 1773, Martines se convirtió en la primera mujer admitida en la Academia Filarmónica de Bolonia, prestigiosa institución que contaba ya con un siglo de vida, y de la que formaban parte los más destacados compositores de la época. El nombramiento fue posible, en parte, por la estrecha relación de Martínes con Pietro Metastasio. Para celebrar y agradecer su nombramiento como académica, Martines compuso en 1774 una adaptación del Salmo 109 (“Dixit Dominus”) que causó un gran impacto por su gran belleza, ingenio y nobleza de expresión. No obstante, la obra no llegó a interpretarse en Bolonia por la la renuncia de Marianna de viajar al estreno. La composición, para coro y orquesta, tiene carácter litúrgico y se articula en siete secciones que siguen la división del texto.

Isacco figura del Redentore

Metastasio se convirtió en el protector de Marianne Martines desde el momento en que esta comenzó a mostrar sus aptitudes para la música, logrando así que adquiriese varias habilidades en la composición y el canto. Ambos colaborarían en el oratorio Isacco figura del redentore, basado en un tema del Antiguo Testamento: el del sacrificio de Isaac, como prefiguración del sacrificio de Cristo. El texto, que Metastasio escribió en 1740, había sido musicalizado antes por Predieri y Dittersdorf. La realización de Martínes fue interpretada los días 17 y 19 de marzo de 1782 en la Tonkünstler-Societät de Viena con gran éxito, según el testimonio del propio Metastasio. Este oratorio es una de las obras más ambiciosas y logradas de la compositora vienesa, a la que Metastasio denominaba “mi Santa Cecilia” y a la que Haydn se refería como “die kleine Spanierin” [la pequeña española].